sábado, 6 de noviembre de 2010

Cuando...


Vas al instituto y empiezas nuevo curso, ves nuevas caras (repetidoras o no) y te sientas con tus amigos y ves desplazado a una persona, intentas que se integre los primeros días.
Si esa persona al cuarto día, te acompaña a un sitio (porque no tenías otra opción y no te gusta ir sólo) es por algo; vino desde tan lejos para solo diez minutos.
Yo me pregunté ¿por qué? ¿por qué vino? ¿Si llega a ser otro le hubiese acompañado?
Te vas dando cuenta de que con esa persona conectas demasiado, desde que te acompañó le cogiste cariño, empiezas a juntarte más con él y se abre ante ti, te expresa todo lo que siente y sabe escucharte, incluso ayudarte en todo.
Cuando...
Estás en un grupo de ''amigos'' que solo quedas con ellos para jugar al fútbol, y no hay confianza alguna y empiezas a salir con ellos por la noche, te pegas las risas del siglo con ellos, coges confianza rápido con ellos, les cuidas, te cuidan, les ayudas, te ayudan, ya una simple risa de ellos me hace feliz, entonces te das cuenta de que alguien en esta vida te importa (y tú a él) de que no estás solo, de que no eres el bicho raro.
Cuando...
Sientes tanta atracción por una persona, tan fuerte, tan especial... Y la conoces a fondo, te das cuenta de que esa persona tiene todo lo complementario a ti, que el puzzle encaja muy bien y de que tienes a tu lado otra persona que se porta bien contigo y te lleva a todos los sitios hablando siempre de ti con una sonrisa. Desde ahí yo me siento especial, me haces sentir especial.
Cuando...
Estás desesperado y piensas que es imposible que una persona del otro sexo puede ser tu amiga, la que te guarda los secretos, la que te aconseja y la que viene desde tan lejos aunque sea para una hora y poco para jugar a la consola (que tal vez no le apasione) y responde ante todo con una sonrisa tímida. Yo me emociono ver que antes no tenía nada y ahora tengo todo esto.

1 comentario: