miércoles, 18 de agosto de 2010

Guerrero


Empezando desde muy abajo, Ray se dejaba su piel en aprender.
En aprender cualquier táctica o truco para llevar el balón rodando por el césped siendo el mejor del terreno.
Día tras día el iba el primero en todo, Luis su entrenador le cogió cariño, al ver lo trabajador que era. Ray error tras error se esforzaba por superarlo.
Ray abandonó el equipo y se trasladó a otro, sin conocer a nadie.
Dio una buena impresión, y salía todos los partidos de suplente, alguno que otro de titular.

Pasó un año y se ganó el simple puesto de titular, era feliz, lo trabajaba lo merecía...
Metió gol, siendo defensa, incluso sin ángulo, un gol OLÍMPICO.
Pero al pasar el año, vinieron nuevos jugadores, de un equipo mejor.
Cambiaron de entrenador y este no miraba el esfuerzo sino el nombre y los billetes.
Ray era el primero en todo, los nuevos hacían trampas, solo sabían hacer cosas bonitas con el balón, pero el sudor y la sangre derrochada en el campo era de Ray.
Ray se hacía la misma pregunta que todos los que han sufrido ese sentimiento de impotencia y desprecio.
¿sabeis que he llegado hacer por esto? ¿sabeis cuanto me he esforzado?
Todo ha sido tiempo perdido...

Un año transcurrido desapuntado en ningún equipo, Ray consiguió cinco equipos mayores(de categoría) que el suyo anterior.

El trabajo dado al final fruto dado.

2 comentarios:

  1. Claro que si, deberías aprobechar esos frutos y apuntarte en un equipo ójala yo pudiera...

    Ya sabes si hacemos el nuestro hay espacio y tal, pasate por mi blog que lo he actualizado despues de mil años.

    Saludors.

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